Día 5: Metacrilato 1 - Lucas 0

Una de las cosas que más problemas nos ha dado ha sido el metacrilato, más que nada por la dificultad de "recortar" de forma "recta" y sin muescas las medidas exactas que necesitábamos para el panel de control y la marquesina superior. Vamos, que hasta el dependiente de Bricomart se cargó varias piezas antes de darnos una con las medidas "aproximadas" (luego tendríamos que ajustar los bordes con una rotaflex, dejando algunas imperfecciones).

A pesar de la pericia de Lucas, finalmente tuvimos que comprar un par de paneles más para el CPO (panel de mandos) porque  nos los cargamos manipulándolos. Finalmente, nuestra conclusión es que la mejor forma de cortarlos es de la forma más simple: señalando con un cúter y mediante varias pasadas la línea a cortar y después "partirlo" por ahí como si tal cosa.

Para doblar la pieza del CPO, usamos una decapadora (yo ni sabía de la existencia de esta palabra, mucho menos de la herramienta), que básicamente es un secador de pelo que echa calor a lo bestia.


Tengo grabado un entretenidísimo video de Lucas pasando la "descapadora" esa durante diez minutos sobre el metacrilato, donde se puede apreciar con creciente emoción como se va doblando el plastiquito de marras, hasta que finalmente se ajusta al frontal de la maka, pero prefiero poneros sólo el final que es lo mejor de la peli (¡cuidado: spoilers!)


Si no habéis entendido el impresionante diálogo final, os lo transcribo a continuación (ríete tú del "Rosebud" de Orson Welles):

 - Lucas (decapando): Prepárame las pinzas rojas, Carlos
 - Carlotus (grabando): ¿¿ Lo qué ??
 - Lucas: Las pinzas rojas....

Ni que decir tiene que esta "eloquencia" mía con el tema del bricolaje y las herramientas se repite muchas veces en este proyecto. De todas formas, si seguís interesados en este apasionante tema de la "decapadora adventures", aquí explican mejor esta ancestral ciencia del "doblado de metacrilato".

Tras pasarle a Lucas un destornillador azul en lugar de las dichosas pinzas rojas procedimos a realizar los agujeros en el plástico, con la broca de corona no tuvimos mayores problemas (¡incluso yo me atreví a hacer un agujerito, sin ningún temor a provocar un colapso espacio-temporal!)


El resultado, impecable:


Por último, para disimular los bordes del metacrilato de la marquesina, a Lucas se le ocurrió (¡¡ Luquidea !!)  ponerle unos embellecedores negros en los laterales, los cuales se atornillaron al mueble para facilitar además el cambio del tubo en caso de tener que reponerlo.


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